DISCO - CÓMIC

Aunque nací en Madrid, por circunstancias varias viví en otras ciudades entre 1978 y 1988 aproximadamente. La primera de ellas fue San Sebastián, en esos años duros, o eso me han contado y he aprendido posteriormente, que fueron entre el 78 y el 81. Vivíamos en una bonita casa en la calle Marino Tabuyo en pleno barrio de Gros.

Un día, debía tener 11 años, me fijé en que estaban acondicionando un local al lado del portal mi casa así que lleno de curiosidad pregunté a un chico que metía unas cajas, qué negocio iba a abrir ahí, muy sonriente me dijo : “Va a ser una tienda de música y de tebeos y se va a llamar DISCO COMIC”. Ni que decir tiene la excitación que me produjo la noticia. Hasta entonces, había machacado hasta la extenuación la BSO de “Grease”  y la colección de singles de Bill Halley de mi madre, y a nivel historieta, prácticamente desde que aprendí a leer me había hecho fan de toda la gama de personajes de la casa Bruguera, en especial mis adorados “Mortadelo y Filemón”.

Días después se abrió la tienda y un día entre después de volver del colegio y por primera vez, me puse a ver long plays, uno tras otro, devorando las portadas y las contraportadas de estos. Además la tienda disponía de un par de platos para escucharlos, así que todas las tardes hacía alguna escucha y atendía solicito a las sugerencias de su encargado, del que no recuerdo su nombre y que poco podría imaginarse la influencia que ha tenido sobre mí. Aprovechando un viaje de mi abuela, que de vez en cuando venía a visitarnos desde Madrid, la convencí para que me comprase un disco, mi primer disco. La decisión era complicada y tarde horas en decidirme. Sacaba uno, otro, lo escuchaba, lo devolvía a su sitio, lo volvía a poner, así hasta que uno me hizo sentir cosquillas en el estomago, era “Regatta de Blanc” de THE POLICE. Subí a casa y en ese momento comenzó mi pasión y comunión con la música que de manera inquebrantable dura hasta hoy. Después llegaron mas discos, algún reportaje en la tele y la crónica que mil veces le hice repetir a mi hermana Natalia sobre el concierto al que asistió de RAMONES.

Como su nombre indica, DISCO COMIC también tenía su apartado para las viñetas, y aquí tenía que agudizar más el ingenio dado que muchos ellos estaban catalogados para mayores, aun así allí descubrí el Nº1 de “El Víbora”, a Shelton, a Max, a Crumb, a Gallardo, el “Cimoc”, los delirios de Moebius y allí se generaron muchos de mis primeros sueños húmedos a base de visionados de las historias de Richard Corben y sus chicas de pechos exuberantes aerografiados en las paginas de “Metal Hurlant”. La tienda no duró ni un año, creo, y no me pude despedir de su responsable, nos fuimos de vacaciones y a la vuelta ya estaba cerrada. Supongo que en ese momento no me produjo ningún trauma, aunque, cada vez más, son las veces que cierro los ojos y me transporto a esos momentos.

Subterfuge tiene todo de DISCO COMIC. Desde el 89 tengo el privilegio de editar música y durante muchos años, desde el fanzine hasta que constituimos la editorial, hemos tenido el mundo del comic y de la ilustración muy patente en nuestro universo musical. Realmente para sentirse más que privilegiado, no sólo me dedico a ello, sino que encima sigo disfrutando de la música, del placer de colocar la aguja sobre un vinilo o de surcar en mi mente, montado en mi tabla plateada, mientras devoro una historieta.